Si se trata de vocación y de sindéresis; si de constancia y ganas de encontrar soluciones a cada problema político, jurídico y social, Cecilia y Vanessa están llamadas a consagrarse con las mejores alumnas de la Facultad de Derecho. Ellas son las que han hecho de sus vidas un himno con las letras de Juan Pablo II: “Un mundo de justicia y de paz no puede ser creado sólo con palabras y no puede ser impuesto por fuerzas externas. Debe ser deseado y debe llegar como fruto de la participación de todos”. Pero, ellas saben que el vigor de una democracia es medido por el grado en el que sus instituciones y procesos son libres, transparentes y accesibles a todos sus ciudadanos. Los esfuerzos para dinamizar la sociedad civil están entretejidos con los esfuerzos para potenciar a los segregados y marginados; y están fundados en la premisa de la participación de todos los grupos humanos, sin diferenciarlos por razón alguna, o por el grado en el cual hayan estado marginados.
Sin embargo, solamente en los últimos
años, los estados han comenzado a “reconocer” formalmente los derechos
de las personas discapacitadas. Aunque, el “reconocimiento” de derechos
es una entelequia cuando no está respaldado por la acción.
Vanessa y Cecilia confrontan, desde sus discapacidades visuales, las injusticias,
las limitaciones y negaciones que tienen que sufrir los minusválidos
para el ejercicio de sus derechos ciudadanos. Desde su diseño, los
reglamentos electorales niegan o limitan al discapacitado su derecho a
participar en uno de los actos fundamentales de la democracia - el
derecho al voto secreto. Entre otras, esas barreras se incluye prácticas
discriminatorias y falsos conceptos acerca de sus habilidades:
Se hace, pues, necesario que
la sociedad y las autoridades electorales asuman las tareas de estudio
e investigación que conduzcan a diseñar soluciones que permitan:
El éxito de esta propuesta
dependerá finalmente de la respuesta de los gobiernos y de las organizaciones
involucradas y de su interés en trabajar en forma solidaria para
promover el libre acceso a la plena participación política
y electoral de los discapacitados
Dícese que el minusválido
es la persona incapacitada, por lesión congénita o adquirida
para ciertos trabajos, movimientos o deportes. ¡Pero no lo están
para la democracia y el gobierno! Vanessa y Cecilia lo demostrarán
con sus vidas y su ejemplo digno de admiración y afecto; que no
de paternalismo.